El pasado 10 de diciembre se cumplieron setenta y tres años desde que se ratificara la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
¿Cómo se encontraba en esta época la relación entre el pensamiento iusnaturalista clásico y el lenguaje de los derechos humanos? Aunque en nuestros días parecen estar completamente integrados, lo cierto es que hasta antes del inicio de la guerra la recepción por parte de los pensadores de la tradición clásica y cristiana no era la mejor.
El paso del escepticismo a la acogida de la idea derechos humanos por parte del mundo clásico y cristiano requirió de varias décadas y, fundamentalmente, de actores clave que demostraran no solo que la noción es compatible con el pensamiento iusnaturalista, sino que además se puede contribuir desde él al debate por la fundamentación de los derechos. Es este giro el que le permitió a varios intelectuales cristianos ser influyentes en el proceso de redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (en adelante, DUDH).
En este trabajo nos centraremos en dos de esos actores clave. El primero de ellos es Jacques Maritain, filósofo católico y pionero en la adopción del lenguaje de los derechos humanos. El segundo es Charles Malik, cristiano ortodoxo y miembro de la comisión redactora de la DUDH.