Por Teresa Zañartu
Publicado en El Mercurio, 6 de julio de 2022
El cambio de tono de la Convención Constitucional entre su inauguración y su cierre fue asombroso. Sorprende que los mismos que abuchearon el himno nacional mientras le gritaban a una funcionaria pública que solo hacía su trabajo, ahora lo canten no solo una, sino que dos veces en el lapso de una hora, y agradezcan a las mismas instituciones que insultaron.
Curioso es también el agradecimiento a Carabineros, cuando el 2021 no se demoraron en acusarlos de represión en base a rumores; o el ensalzamiento a la unidad y democracia, cuando algunos convencionales votaron en contra de invitar a los presidentes que se dedicaron en estos 30 años a reconstruirla.
Es como si hubieran diseñado la ceremonia con las encuestas en mano. O quizás solo quieren expurgar, tardíamente, la mancha del 4 de julio de 2021, que se dedicaron a profundizar durante gran parte de su labor.
