A partir del Informe Cass, las terapias de cambio de género en menores y sus promotores han sido altamente cuestionados, sobre todo en lo que se refiere a la aplicación de bloqueadores puberales y hormonización a una edad temprana, por las consecuencias irreversibles -y muchas veces, negativas- que estos generan. En Chile, sin embargo, las políticas de salud pública en este tema parecen ir a contracorriente, pues tanto el Colegio Médico, como la Subsecretaría de Salud Pública han defendido el programa existente en nuestro país, sin una revisión crítica a la luz de la evidencia científica.