Del error, de la verdad y la justicia

Por Benjamín Cofré

El Líbero, 12 de enero 2025

 

Honestidad obliga: Pablo Muñoz Hoffman no ha sido identificado en el caso del asesinato del senador Jaime Guzmán como lo ha afirmado la prensa reiteradamente durante su noticiosa reaparición luego de fugarse de su condena en la Cárcel de Alta Seguridad -algo similar ocurrió con el también fugitivo Patricio Ortiz Montenegro en 2019. Aún así, es necesario acentuar dos elementos claves que este bochornoso incidente permite reflexionar.

Primero, que es necesario un espíritu país que nos empuje, desde la fiscalización y exigencia ciudadana hasta la política de Estado, a conseguir que los terroristas chilenos miembros de estos colectivos criminales como el Frente Manuel Rodríguez den cuenta a Temis en territorio nacional. Muñoz Hoffman tiene un importante prontuario por el cual, se espera, pague a la sociedad por sus ilícitos, y no es concebible, por tanto, que por causa de nuestra propia Cancillería haya terminado libre este fugitivo buscado por casi dos décadas.

En segundo término, que la inentendible entrega de un salvoconducto a una persona buscada internacionalmente genera sensatas suspicacias respecto de la red de protección que ha permitido que se dificulte -y en algunos casos hasta imposibilite- que los ladrones y asesinos de estas bandas terroristas puedan ser capturados. Es difícil percibir a simple vista la telaraña tejida para evitar la captura de estos personeros, pero varios haces de luz han permitido que en los últimos años la opinión pública discuta respecto de algunas acciones a lo menos reprochables desde caudillos relevantes de la extrema izquierda nacional.

Aquí sólo con el también fugado Ricardo Palma Salamanca tenemos una serie de eventos infortunados, que van desde su encuentro en Francia con los más relevantes personeros del Frente Amplio, o su celebración con delegados político-culturales en el país europeo luego de ser beneficiado con el asilo político.

La propia fuga de los frentistas de la CAS se explica por una serie de errores y negligencias que es difícil explicar sin la premisa de un puzle cuyo último movimiento constituía el escape -bueno, luego de eso sacar a los terroristas de Chile, buscando la impunidad. Y más argumentos existen en tanto la posibilidad de retorno de uno de los fugitivos, Mauricio Hernández Norambuena, fue por el actuar de un gobierno de ideas opuestas a las que lo tenían protegido en Brasil.

Se reitera: por mucho que Pablo Muñoz Hoffman no haya participado del asesinato de Jaime Guzmán, sí está involucrado en otros atentados y atracos que ameritan su presencia en las cortes chilenas, para poder encontrar paz y justicia, y no más impunidad.