Nuevos enfoques están siendo adoptados en las modernas legislaciones de quiebras a nivel comparado, desde una orientación que optaba por entregar preferencia a los acreedores de una relación concursal en un camino eminentemente de liquidación, hacia una perspectiva más benigna con el deudor en crisis, orientada a la reorganización y salvataje de la empresa insolvente. La legislación de Chile no está exenta de esta evolución, así lo demuestran recientes iniciativas de reforma legal. Pero ese camino debe transitarse con prudencia si no se quiere lesionar la circulación del crédito, restringir el crecimiento económico y acabar perjudicando, precisamente, a aquellos a quienes se pretendía favorecer.
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