Siete páginas tiene el documento de la Fundación Jaime Guzmán que hace frente a la iniciativa por eutanasia impulsada por el diputado Vlado Mirosevic y que desglosa las razones del think tank para considerar “injustificable promover esta sutil forma de suicidio”.
El texto dice que para casos de enfermedad terminal ya existen cuidados paliativos, incluyendo sedación. “Una cosa es no realizar tratamientos que el paciente no quiere y otra muy distinta es actuar positivamente cuando el paciente exige una determinada intervención (…). Si ello fuese así, no solo se estaría despenalizando la mala praxis (negligencias médicas), sino que se estaría obligando a ejecutar diagnósticos o procedimientos erróneos en caso que el paciente lo solicitara”, agrega.
El documento expone que se ha hecho “apología de la autonomía de la persona para decidir sobre su vida” sin ponderar “el principio terapéutico del personal sanitario”. Asimismo, que “así como no es lítico causar la muerte para aliviar un dolor, tampoco lo es preservar la vida a cualquier precio”, por lo que se debe evitar un “encarnizamiento terapéutico”, o aplicación de tratamientos inútiles –por costo o molestias- que no mejoran las condiciones de vida del paciente.