Resulta inexplicable que luego de que algunos escolares rociaran con parafina y lanzaran bombas molotov a carabineros, en lugar de estar pensando qué sanción ejemplificadora aplicar (a estos homicidios frustrados), o cómo protegemos a las víctimas de estos atentados, estemos priorizando reinsertar a aquellos “niños traviesos” que desprecian la educación, la autoridad y la democracia.
Por el contrario, parece claro porqué estas lamentables situaciones, lejos de acabarse, parecen aumentar.