Para alcanzar la compatibilidad entre la vida laboral y la personal o familiar, hoy Chile requiere de jornadas que sean más flexibles, permitiendo los acuerdos entre el empleador y sus trabajadores, y el cumplimiento de la jornada en otros lugares (teletrabajo) o con regímenes horarios que se puedan adecuar (entrar más temprano para salir más temprano, trabajar más un día para salir antes otro, etc), de forma de no perjudicar nuestra ya baja productividad.