Desde que fue noticia la lamentable muerte de George Floyd en EE.UU. producto de una violenta detención policial, las protestas no han cesado en ese país; por el contrario, se han ido acrecentando como parte del paisaje cotidiano. Pero además, con el pasar de los días, lo que partió como la develación de una cicatriz aún abierta en materia de discriminación racial, se transformó rápidamente en violencia y saqueos. En pleno año electoral, el presidente Donald Trump suma ahora a la crisis del coronavirus un nuevo conflicto.
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