A cinco décadas de su creación, es innegable el avance de las tendencias que niegan los pilares doctrinarios del Movimiento Gremial que nace en la Universidad Católica. Asistimos a un nuevo discurso que acusa la imposibilidad de concebir la sociedad como un proyecto esencialmente común, lo cual produce fragmentación y obstaculiza cada vez más los necesarios acuerdos políticos. Esta realidad demanda un desafío mayor para los gremialistas, cual es lograr trascender los patios de las universidades y consolidarse como aquello que por naturaleza le corresponde ser: un movimiento social.
Los cimientos que soportan su quehacer son, a nuestro juicio, capaces de contribuir a impulsar nuevamente el sentido integrador de la vida social, en la medida que admite roles naturales de los distintos agentes e instituciones de la sociedad (ya sea el papel de personas como de asociaciones intermedias), sin ignorar sus libertades y la necesaria diversidad para una sociedad que, así como demanda una distribución más horizontal y transparente del poder, también da cuenta de nuevas valoraciones que antes no se encontraban en la esfera política y que generarán nuevos debates en materias que podrían eventualmente estimular profundas controversias, según las bifurcaciones que tomen dichas discusiones.
Por fin, es tarea de un lector activo examinar cómo los textos que aquí se agrupan iluminan, desde distintos registros temáticos y diversas economías argumentales, puntos de vistas que, con distintas herramientas, abrazan una misma comunidad de ideas, o bien, algunos momentos de tensión al interior de un mismo programa general. Nos hemos atenido a señalar una vertebración argumental que resulta fundamental en la comprensión del gremialismo y su proyección en el tiempo. Como ya dijimos, ahora corresponde al lector abrir otras preguntas, cavilaciones y aportes. Consideramos que es bueno que así sea.
- Subsidiariedad en Chile
- Revista Movamos – Agosto 2018