La división oficialista en la votación del proyecto que permite retirar fondos previsionales terminó por debilitar al Comité Político y su relación con los partidos de Gobierno. Es por ello que el ajuste ministerial intenta recomponer la relación entre Chile Vamos y el Ejecutivo. La elección de 4 parlamentarios para ingresar al Gabinete permite generar cohesión en los partidos de Gobierno, especialmente en el Congreso, lugar en el cual se desencadenó la gran crisis del sector. Asimismo, el cambio da cuenta de que el Presidente busca reencantar al electorado que lo llevó a La Moneda en 2017, muy crítico de la gestión gubernamental desde el 18 de octubre a la fecha.
Más allá de la reorganización interna de Gobierno, Partidos y Coalición, el nuevo Gabinete tiene varios desafíos en el corto plazo. Como medida urgente, y para hacer frente a la etapa de desconfinamiento que se inicia, se debe avanzar en medidas concretas que posibiliten la reactivación económica y la recuperación de los empleos perdidos en los últimos meses. Este camino ya fue iniciado por el Ejecutivo, a través de la firma de un Marco de Entendimiento con Chile Vamos y parte de la oposición, pero se debe acelerar, para una recuperación económica más inmediata. La extensión de la pandemia obliga a hacer nuevos esfuerzos, no sólo respecto a la protección de los ingresos de las familias, sino que también de las liquidez de las empresas -que son las que generan el empleo-, permitiéndoles subsistir a esta crisis y poder levantarse. Es por ello que se deben establecer incentivos tributarios y a la contratación, para dinamizar la actividad económica.
Asimismo, es imperativo avanzar en una Reforma Previsional que tenga como foco principal el mejoramiento de las pensiones de los chilenos. Al respecto, esencial resulta, frente a presiones opositoras por expropiar los fondos de pensiones, que se reafirme que estos son de propiedad de los trabajadores, y que no se puede cargar en ellos el costo de mejorar las pensiones de los actuales jubilados. La solidaridad debe provenir de un mayor esfuerzo fiscal, gradual y responsable, y no mediante un impuesto al trabajo, como lo es la creación de un Fondo de Ahorro Colectivo con las cotizaciones.
En otra dimensión, se necesita una nueva estrategia para garantizar el control del orden público, no solo a propósito de la asonada de violencia iniciada con el estallido, que destruyó miles de puestos de trabajo, sino que también respecto al recrudecimiento de la violencia extrema en La Araucanía. Para aquello, no solo se debe validar la acción policial, sino que se requiere de una acción política decidida, liderada por el nuevo Comité Político.
La consecución de estos objetivos permitirá al Gobierno reencantar a quienes le dieron un holgado triunfo hace ya casi tres años, y volver a sintonizar con la ciudadanía, que requiere del apoyo del Estado, en su rol subsidiario, para, con su esfuerzo, lograr salir adelante y superar los negativos efectos provocados por la pandemia.
Diego Vicuña, Diario Financiero, 30 de julio de 2017