Lo que vivimos durante este domingo 18 de octubre, demuestra la real cara del Apruebo. Desde hace un año, el país está capturado por un proceso insurreccional. La violencia y los llamados de distintos colectivos a “subvertir literalmente todo” –incluso en periodo de pandemia- dan cuenta de esto.
Es lamentable que aquellos actores que proponen instalar “otro modelo” a través de una nueva Constitución, durante todo este último año no hayan condenado la violencia. Hemos visto como numerosas estatuas, iglesias, propiedad pública y privada, y fuentes de trabajo, han sido destruidas por los insurreccionales de la revuelta. Pero lo más grave, es cómo han agredido a personas, como Carabineros o a muchachos que han hecho activismo en las calles por la opción Rechazo.
Este escenario no contribuye de ninguna manera a construir un Chile mejor. Al contrario, solo genera odio ideológico y división. Si llegase a ganar el Apruebo, y se escribe una nueva Constitución, esta pecaría aún más de origen que la actual, porque surgiría de la insurrección y violencia entre ciudadanos.
Daniela Carrasco