Señor Director
En la discusión en la Cámara de Diputados sobre la despenalización del aborto hasta la semana 14 de gestación, la diputada Maite Orsini, presidente de la comisión, llamó la atención de una de las expositoras al referirse a “niño” y “guagua” al hablar del que está por nacer. Para la diputada no corresponde hablar de un humano, menos de un niño, pues estamos en presencia de un cigoto, feto embrión.
Es una muy mala señal que recién comenzando la discusión se esté cerrando de plano una de las múltiples y más importantes aristas del debate. Nuestra legislación no contempla norma alguna donde se determine cómo se debe llamar al que está por nacer. Por el contrario, en muchas disposiciones -como el Código Sanitario, el Código del Trabajo, la ley N°20.152 y la ley N° 14.908- el legislador habla de “hijo” y “niño” para referirse al no nacido.
Hoy, una minoría ideologizada intenta controlar el debate, imponiendo su visión como una verdad absoluta y atentando contra los principios básicos que deben regir en todo debate democrático. Recordemos que, a lo largo de nuestra historia, cada vez que al ser humano se le ha privado su calidad de persona, se han cometido las peores atrocidades de la humanidad.