Por estos días se conmemoran 25 años de la culminación del proceso de Mediación Papal que vino a solucionar una controversia limítrofe entre Chile y Argentina por la delimitación fronteriza en el extremo sur de ambos países, específicamente en el Canal Beagle, que incluía tres pequeñas islas cuya posesión estuvo en discusión hasta el Laudo Arbitral de 1977, que Argentina declaró insanablemente nulo. La Mediación de Juan Pablo II evitó una guerra que de seguro habría causado un daño inconmensurable a ambos países y generado insospechados efectos sobre el resto de la región. La prolijidad y el rigor con que el equipo chileno llevó adelante las negociaciones debiera ser un ejemplo a tener en cuenta en actuales y futuras controversias internacionales.
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