Los ingenieros industriales de la U. de Chile dedicados al funcionamiento del Sistema de Admisión Escolar (SAE) impuesto por la Ley de Inclusión Escolar, han pedido al Ministerio de Educación poder retrasar la aplicación de este sistema aleatorio en la región metropolitana para el año 2019.
La solicitud de dicha postergación se debe, principalmente, a que de 81 mil postulantes que ha tenido al día de hoy el sistema, el próximo año pasarían a ser 500 mil. Lo que preocupa a los ingenieros es que aún queda el 80% de la matrícula total que incorporar y en el caso de la RM, las interacciones de preferencias del algoritmo ocurrirían entre muchos alumnos y variados colegios. Esto último podría generar un mal funcionamiento del sistema y a su vez un gran rechazo.
Lo primero que llama la atención de la lógica de quienes han estado detrás de todo el proceso de creación y aplicación del SAE, es que no se haya inadvertido antes que esta situación podría presentarse. Pero resulta ser que siempre lo tuvieron claro, pues hace unas semanas el ex secretario Ejecutivo de la Reforma Educacional, Andrés Palma, señaló que desde 2016 la U. de Chile venía diciendo que esto podría suceder. Además, durante su tramitación, el pasado Gobierno señaló que el 80% de los postulantes quedaría en un colegio de su primera preferencia, sin embargo, hoy podemos ver que es solo un 57,6% aproximadamente el queda en el colegio de su primera opción.
Hay que reconocer que se aplicó un sistema de admisión sin comprender la profundidad del mismo y de los cambios que traía consigo, tanto para las familias como para los establecimientos. Hoy, son los mismos creadores de este sistema –que transgrede la libertad de elección de los padres–, quienes han dado a conocer que no es competente cuando se trata de un gran número de postulantes. En buena hora el gobierno ha decidido presentar un proyecto de ley para prorrogar su aplicación y analizar cómo llevar a cabo una exitosa admisión escolar a través de él.