Los resultados de las elecciones generales del 21 de noviembre son muy favorables, no solo para las derechas, sino también para el país. Se puede observar que los chilenos se han cansado de los relatos octubristas, caracterizados por la anomia y los intentos de revolución, sentando nuevos clivajes como el de orden, seguridad y estabilidad económica.
Sin duda, en la elección de este domingo 19 de diciembre se juegan dos modelos y proyectos de sociedad completamente diferentes: uno que apuesta por regresar al sendero del progreso y otro que busca socavar toda institucionalidad para refundar un nuevo país.