“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.” Tal como en la novela de Dickens, la confusión y los contrastes fueron evidentes en la votación de la Ley Corta de Isapres (boletín N° 15.896-11). Tras una tramitación caótica, no sorprende que un par de días antes de la votación, la prensa sugirió un posible rechazo a la ley1. Sin embargo, en esta Mirada Política analizaremos algunas razones que sirven para explicar cómo una ley que aparentemente buscaba un salvataje a las Isapres, logró ser aprobada en el Senado por 39 votos a favor, 3 en contra y 2 abstenciones; y en la Cámara por 122 votos a favor, 14 en contra y 10 abstenciones, con votos desde la ultra izquierda hasta la extrema derecha.