Una vez conocidos el lunes 26 de diciembre los resultados oficiales de la última versión de la PSU, rendida por más de 258000 estudiantes, esta prueba ha vuelto a ser cuestionada como mecanismo de selección para evaluar a los postulantes a la educación superior por no ser una herramienta predictiva eficaz. Los puntajes obtenidos por aquellos jóvenes si bien no representan una sorpresa, no pueden dejar indiferente a nadie. Sin embargo, considerar la PSU como el único factor causante de las diferencias sociales que se generan en el proceso de admisión a la educación superior parece ser equivocado. Existen varios otros factores, presentados en este número, que influyen, como es la calidad de educación que reciben los estudiantes escolares de distintos estratos socioeconómicos de nuestro país, cuestión que se agudiza con la reforma escolar recientemente aprobada.
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