El miércoles 3 de enero, esperando en el Congreso entrar a la comisión de Derechos Humanos, previo a las intervenciones realizadas en el marco de la discusión sobre el proyecto de ley de Identidad de Género, fuimos víctimas de descalificaciones de Rolando Jiménez y su agrupación, el Movilh.
Constantemente debimos escuchar a nuestras espaldas frases como “no pasaron kinder”, “debiesen estar en la cocina” o “son como la ensalada: no sé si comérmela o dejarla de lado”. Es preocupante que afirmaciones discriminatorias y odiosas como estas provengan de alguien que se dice defensor de los Derechos Humanos y de la dignidad; de alguien que dice buscar el respeto y la tolerancia, pero que no es capaz de practicarla.
Isabel Gigoux, Sofia Hüe y Magdalena Moncada – Pasantes Fundación Jaime Guzmán