Por Jorge Jaraquemada
04 de abril de 2022
El viernes 1 de abril, en el marco de la conmemoración de un nuevo aniversario del abyecto asesinato de Jaime Guzmán, los constituyentes aprobaron guardar un minuto de silencio.
Lejos de una actitud democrática, varios abandonaron la sala y luego manifestaron su repudio con verdaderos discursos de odio, como el proferido por Vanessa Hoppe, quien lanzó ofensas e imputaciones tan virulentas como falsas.
Esta nueva decepción sólo ratifica que, lamentablemente, el legado de la Convención será el odio y la división. Chile ha perdido dos años.