A treinta y dos años de su muerte, y en medio de un nuevo proceso para elaborar una propuesta de texto constitucional, es sumamente relevante reflexionar sobre el sello de Jaime Guzmán en nuestro ordenamiento institucional vigente. Fuertemente inspirado por las fuentes de la filosofía clásica y cristiana, Guzmán logró plasmar una visión sobre la naturaleza humana en clave constitucional, la que se manifiesta en su defensa de la primacía de la persona humana, el rol del Estado y bien común. La pregunta sobre cómo se materializará el Estado Social y Democrático de Derecho contenido en las bases institucionales para el nuevo proceso constituyente, abre la puerta a la discusión de cuánto espacio hay para ese sello antropológico en la propuesta que elaborará el Consejo.
