En una sociedad libre, la libertad es una tarea que plantea aspiraciones, tensiones y riesgos, pero permite a las personas desarrollarse y sentirse protagonistas de sus propios destinos. La libertad no implica actuar como se desee, sino que encuentra su real sentido dentro de un marco ético. La determinación de los límites de la libertad no puede provenir de la expresión de simples preferencias, sean individuales o colectivas, sino de un proceso reflexivo que permite indagar en la naturaleza y fin de las personas para encontrar el orden moral que le sirve de referencia. Libertad y responsabilidad son inseparables. Contra esta vinculación se oponen el paternalismo y el populismo, males que se han soportado en toda América Latina, configurando un lastre para la aspiración de desarrollo. En el plano social la libertad debe traducirse en la primacía que reclama la sociedad civil frente al Estado, afianzando y extendiendo su autonomía. Esta es la esencia de una sociedad libre.
- Taller de Redes Sociales con Nicolás Buzeta
- Taller Conflicto Estudiantil