Por Daniela Carrasco
Publicado en El Líbero, 30 de octubre de 2022
Los países del continente americano han visto distintos desafíos a la hora de la defensa de la democracia. Corrupción, crisis migratoria, inflación, amenaza a las libertades es algo que se repite en la región, con distintos matices. Por ello, entre el 18 y el 21 de octubre nos reunimos 18 jóvenes líderes en la IV Cumbre de Youth and Democracy in the Americas en Washington DC, como embajadores de nuestros países para discutir sobre estos problemas que desafían a nuestra región. A esta cumbre, encabezada por su directora Cecilia Navas, también asistieron varios jóvenes del continente que nos acompañaron en la discusión, junto a algunas autoridades de importantes instituciones de la región. En representación de Chile, pude compartir mis reflexiones sobre los diferentes elementos que han rodeado el proceso constituyente que atravesamos, así como algunas propuestas respecto de los temas comunes que retan hoy a los países americanos.
No cabe duda de que desde el 18-O de 2019 en Chile se abrió una profunda grieta social que nos ha llevado a momentos límite, como fueron todas aquellas radicales expresiones que trataron contenerse con el acuerdo del 15 de noviembre de 2019. Lamentablemente, la polarización, los ánimos canceladores a quienes piensan distinto a la extrema izquierda, el relativismo, el materialismo, son amenazas que siguen asediando nuestra democracia y, ni aun con el rotundo Rechazo a todo lo que encierra el octubrismo hemos podido alcanzar la convivencia en paz que anhelamos. Por ello, en la IV Cumbre de Youth and Democracy, mis esfuerzos se concentraron en ofrecer una interpretación de este ciclo de conflictividad que atravesamos.
Las jornadas se iniciaron el martes 18 de octubre, en el International Republican Institute (IRI). Los distintos embajadores para Youth and Democracy nos dividimos en mesas de trabajo, las cuales abarcaron desde “Desafíos al Estado de Derecho: Justicia, Libertad e Institucionalidad como elementos indispensables en democracias sostenibles”, “Crisis migratoria y de refugiados”, hasta “Democracia y seguridad hemisférica en las Américas y la participación de los líderes jóvenes”.
La jornada siguiente siguió en la Casa de los Representantes de los EE.UU. Ahí expusimos brevemente la situación migratoria de nuestros países, de la cual Chile no se ha escapado. Esta crisis, que explota en el segundo gobierno de Michelle Bachelet con la irregularidad de aviones desde Haití aún no la superamos. Si bien durante el segundo gobierno del expresidente Piñera se hicieron esfuerzos para avanzar en una agenda para actualizar la legislación en esta materia y ordenar la entrada de extranjeros, nuestro país no ha podido cerrar el tema migratorio, cuyos efectos se reflejan a diario en regiones y en la capital. Con todo, fue una voz casi transversal en la Cumbre que la migración es un tema que debe abordarse multilateralmente, en cooperación con el mundo internacional, comprendiendo y abordando sus causas.
También tratamos, esta vez desde las instalaciones del Senado americano, las amenazas que enfrentan los distintos Estados, y en la que transmití una preocupación tan genuina como patente, a saber, el asedio que ha sufrido en Chile la libertad de prensa y de expresión los últimos años, y que se han asentado con el gobierno de Gabriel Boric. Desde la censura a fundaciones de derecha en el proceso constituyente, como sufrió la propia FJG (iniciativa que rápidamente se descartó pero devela su espíritu); las funas y cancelaciones a quienes no comulguen con el octubrismo; los intentos de instalar “manuales de prensa” desde el actual gobierno, quienes, además, han dudado de la labor periodística; como las ideas de “ley de medios” en las pasadas campañas presidenciales, dan cuenta que esta dimensión está altamente atacada. Pues, claramente, uno de los pilares de toda democracia es el respeto a la pluralidad de ideas.
Finalmente, el día viernes terminamos las jornadas de trabajo en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), gracias al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, centrando las reflexiones en la importancia de la renovación de liderazgos jóvenes. Posteriormente, le entregamos un informe con nuestras reflexiones y soluciones.
Instancias como estas son valiosas porque sirven para fortalecer e impulsar nuevas y más vocaciones de servicio público. Porque escuchar que ideas como la libertad y la dignidad tienen espacio para ser reeditadas en clave siglo XXI, reconforta y esperanza a quienes creemos en ellas y hemos debido afrontar los ataques de una izquierda intransigente por defenderlas.
Finalmente, creo además que, sobre todo para nuestro país que ha visto asediada su democracia, sus tradiciones y su marco institucional producto de afanes destituyentes y refundacionales, encuentros como estos -en que se logra reunir a amigos de países vecinos para escuchar nuevas voces y darles el espacio desde nuestras instituciones republicanas- contribuirían al esfuerzo que ha hecho la sociedad civil con su masivo Rechazo en el plebiscito de septiembre y al que muchos actores de diferentes domicilios se han sumado. En los tiempos que corren, Chile necesita fortalecer, más que nunca, nuevas vocaciones servidores públicos que sean, como decía Jaime Guzmán, “siempre perseverantes”.