En Chile el financiamiento de la política combina fuentes privadas y públicas. El privado proviene de los aportes periódicos o esporádicos de militantes o simpatizantes y de personas jurídicas con fines de lucro. Proponemos extender la facultad de donar dinero a la política en cualquier tiempo, dentro o fuera de períodos de campaña electoral, y para financiar tanto el gasto electoral como el gasto corriente de los partidos, a todas las personas jurídicas chilenas, tengan o no fines de lucro, que no sean empresas del Estado o en las que éste participe, y que tampoco sean instituciones que reciban o hayan recibido transferencias, aportes o subsidios del Estado. Además, se proponen mecanismos que incentiven estos aportes en los períodos en los que no hay campañas electorales.
- Partidos políticos: ¿una reforma necesaria?
- A propósito del proyecto de ley sobre regulación de la fertilidad: la fuerza del precedente constitucional