Por José Ignacio Palma
Publicado en La Tercera, 13 de noviembre de 2023
Hoy claramente no estamos frente al contenido refundacional del proceso constitucional pasado. La propuesta del Consejo presenta notables continuidades con la Constitución vigente y nuestra tradición constitucional, así como también varias mejoras. Es por ello que creemos razonable votar “A favor”.
Por una parte, hay una buena protección de bienes humanos jurídicamente relevantes, como la primacía de la persona humana frente al Estado y la participación de la sociedad civil en la provisión de bienes públicos, haciendo posible la aplicación del principio de subsidiariedad. Donde más se nota es en el resguardo de la familia: los artículos sobre libertad de conciencia y religión, derecho a la educación y libertad de enseñanza, refuerzan de manera contundente el rol de los padres en la educación de sus hijos.
Por otra parte, se realizan mejoras a un sistema político que se encuentra profundamente debilitado, muy lejos del que Jaime Guzmán colaboró en diseñar. La disminución de 155 a 138 diputados y el umbral que exige a los partidos al menos un 5% de los votos a nivel nacional para formar parte del Congreso, son medidas que ayudarán a disminuir la fragmentación política en nuestro país. Además, eleva el quorum de reforma constitucional de 4/7 a 3/5, dando mayor estabilidad a nuestra institucionalidad democrática.
La Constitución vigente ha sido un pilar fundamental del progreso material y espiritual del país. Sin embargo, sería un error caer en una obsesión con lo meramente formal y no darse cuenta de que muchos de sus atributos positivos han desaparecido. La propuesta del Consejo entrega mejores herramientas para proteger bienes y principios relevantes, pues dispone de un buen sistema político para hacerlo posible.