El retorno de personas que no siguen el protocolo es una demostración del esfuerzo de las autoridades en mantener los buenos números que han mantenido en comparación a la crisis que azota al mundo. Estos protocolos, así como el de aperturas de restaurantes o los esfuerzos para volver a los estudiantes a las aulas, cumplen no solo una función económica o educativa respectivamente, sino que tienen un rol social en la búsqueda de recobrar lo que el gobierno ha denominado la “nueva normalidad”.
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