Por Jorge Jaraquemada
Publicado en La Segunda, 20 de octubre de 2022
La aseguradora de mi auto me notifica que la renovación del seguro me costará casi el triple de lo que pagaba hasta ahora. ¿Será por la inflación? No, el precio está en UF. ¿Será acaso mi alto número de siniestros? No he tenido ninguno en el último año. Esta alza se debe al clima de enorme inseguridad: 2022 es el año con más asesinatos de Carabineros en las últimas dos décadas, los delitos aumentaron un 51%, y sólo los portonazos un 115%.
Estas cifras revelan con crudeza una delincuencia cada vez más temeraria e impune, fuerzas policiales disminuidas en sus recursos y legitimidad para usar la fuerza, y tribunales permisivos y ambiguos en sus pronunciamientos. A ello se suma un gobierno lleno de conflictos y contradicciones para enfrentar con eficacia la peliaguda cuestión de seguridad pública.
Nuestra crisis de seguridad no es de recursos, sino conceptual. Cualquier iniciativa, presupuesto o declaración de actuar con firmeza —como una reciente del Presidente— se verá opacada por los dichos pretéritos de actuales ministros (Grau et al.) que fomentaron la odiosidad hacia Carabineros, pues, como ha dicho otro ministro, no pueden ahora renegar de su pasado.