Las palabras del excandidato Eduardo Artés, emitidas este lunes en el programa Con Dios y Ley de Radio Agricultura respecto a que «Si [Guzmán] hubiese quedado vivo sería un cadáver político e ideológico» demuestran su total desconocimiento respecto a la figura de la que se refiere como también sobre las discusiones políticas sostenidas (a lo menos) el último lustro.
El senador Guzmán ha sido reconocido ―por personas de un acervo cultural mayor que el otrora presidenciable de Unión Patriótica― como uno de los políticos más importante del siglo XX. Incluso después de muerto, Jaime Guzmán ha seguido siendo un referente ineludible en las más importantes discusiones que se han dado en nuestro país los últimos años. Tanto el debate sobre la Constitución que nos rige, sobre nuestro modelo económico social o el sistema electoral, o incluso sobre los cimientos doctrinarios que han guiado a la derecha estas décadas, han referido necesariamente a Guzmán.
El problema de Eduardo Artés no es que esté equivocado, sino que está desinformado. Bastaba leer los diarios para haber evitado semejante exabrupto.