El hecho de haberse rechazado la acusación constitucional es una señal positiva para nuestra institucionalidad, ya que primó el respeto por las instituciones y la razonabilidad, no acogiendo una nueva acusación carente de fundamentos, cuyo único objetivo era dar una señal política al Gobierno, inhabilitar caprichosamente al ex Ministro de Salud Jaime Mañalich y menoscabar su percepción y la de su gestión ante la opinión pública.