Aunque la idea de derechos humanos recibe hoy un respaldo transversal e irrestricto de los distintos sectores políticos, sabemos que quienes la invocan en el debate recurren a distintos sustratos teóricos para fundamentarla. No es difícil notar que quien defiende el derecho humano a la vida del que está por nacer y quien reclama un derecho humano al aborto, a pesar de utilizar el mismo concepto, se refieren en verdad a algo distinto.
El objetivo de este trabajo es dar cuenta de una de las perspectivas existentes para fundamentar este concepto: la de la tradición clásica y cristiana, también llamada iusnaturalista. Si bien sus dos principales exponentes, Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, no poseyeron el concepto de derechos humanos (su aparición bajo el nombre de “derechos del hombre” no fue sino hasta el siglo XVIII), existen autores contemporáneos que, inspirados en ellos, han trabajado el concepto.
En esta oportunidad expondremos el tratamiento por parte de dos de ellos, John Finnis (1940-hoy) y Pierre Manent (1949-hoy), de la fundamentación de los derechos humanos. Ambos, de alguna u otra manera, buscan responder a la pregunta ¿cómo se relaciona la idea de ley natural, propia de la tradición clásica y cristiana, con el concepto moderno de derechos humanos? Como se verá, a pesar de que los dos escriben parados sobre la misma tradición, su manera de abordar la pregunta es totalmente distinta.