Por Daniela Carrasco
Publicado en La Gaceta de la Biósfera, 5 de septiembre de 2021
Tras la anulación de la candidatura de Diego Ancalao por parte del Servicio Electoral (Servel) chileno, la Lista del Pueblo (LDP) alcanzó un punto máximo de crisis. Tras invalidarse su aspiración a la presidencia por firmas falsas, los miembros del colectivo y que, además, son convencionales constituyentes, dejaron el pacto generando una agónica desaparición. Esto se agrava aún más cuando, Rodrigo Rojas Vade, convencional que fue parte de la LDP, admitió no tener cáncer, relato que utilizó para salir electo.
Es así como, rápidamente, se cae el relato del “momento de los independientes” en la política chilena.
Quedan poco más de dos meses para que los chilenos asistan a las urnas para elegir presidente, senadores y diputados. Por lo anterior, la política chilena se ha abocado principalmente a la agenda electoral enmarcada en una profunda anomia sociopolítica.
Desde una perspectiva institucional, la Convención Constituyente (CC), que cumplió este 04 de septiembre dos meses de ejercicio, no ha avanzado en su objetivo que es escribir un anteproyecto constitucional. Al contrario, se ha manifestado como un órgano político al avalar la violencia e insurrección ―tal como se ha visto al pronunciarse a favor de la liberación de los supuestos “presos políticos” de la revuelta del 18-O―, como también se manifiesta en el intento de censura a centros de pensamientos de derecha en el debate constitucional.
Por otro lado, las praxis radicales empujadas por colectivos y movimientos sociales horizontales también develan cómo se han transgredido los imaginarios políticos que apuntan al bien común. Es en esta dimensión que la Lista del Pueblo logró convocar adherencia ciudadana y llegar a la CC con 27 de los 155 escaños.
Sin embargo, tras el escandalo electoral por parte de Diego Ancalao, quien aspiraba llegar a la presidencia chilena representando a la Lista del Pueblo, pero a quien el Servel encontró 23.135 –de 33.369 – patrocinios falsos, se provocó un quiebre irreparable en esta colectividad izquierdista.
Ya en el mes de julio se presenciaban grietas dentro de la agrupación, pues hubo convencionales constituyentes que dejaron de ser parte de la LDP. Por su parte, Loreto Vidal dio un paso al costado tras las malas prácticas que promueve este colectivo. Por ejemplo, a mediados de ese mes, la LDP se opuso a que convencionales de las derechas pudieran llegar a las vicepresidencias de la Mesa Directiva de la CC. Tras esta salida, la siguieron otros seis convencionales constituyentes, quienes también dejaron de ser miembros por profundas diferencias políticas con la colectividad.
Pero el quiebre definitivo se dio tras la denuncia del Servel a la Fiscalía por las firmas falsas, y el anuncio de miembros de la LDP de querellarse contra Ancalao, pues otros 17 convencionales de la agrupación informaron en un comunicado su salida, quedando solo 2 de los 27 miembros.
En este comunicado sostuvieron que «la Lista del Pueblo fue una iniciativa que emergió el año 2020 a consecuencia de la revuelta popular con el objetivo de ofrecer una posibilidad concreta de integrar y desbordar la Convención Constitucional por parte de quienes despertaron el 18 de octubre, movimientos sociales e independientes de todos los territorios».
Agregan que obtuvieron popularidad y lograron llegar a la CC. Empero, cuando la LDP ―entendiéndola como un colectivo independiente de inspiración marxista que no tiene la orgánica de un partido político― empezó a ser de facto un partido político, enfocándose en cálculos electorales, los convencionales decidieron ratificar su “carácter de independientes y optamos por organizarnos de manera autónoma, distanciándonos de sus definiciones y acciones políticas».
Finalmente, señalaron que se conglomerarán en un nuevo colectivo independiente que llevará el nombre de “Pueblo Constituyente”, plataforma que continuará con las demandas levantadas en la revuelta del 18-O.
Este masivo éxodo de convencionales de la Lista del Pueblo se ha reflejado también en la opinión ciudadana. Según un estudio de Atribus Chile analizado por el medio chileno El Libero, las redes sociales de la LDP han bajado dramáticamente sus interacciones, como también han sufrido una gran pérdida de seguidores.
Esta investigación sostiene que el 60,4% de las conversaciones que se dan en las distintas redes sociales sobre la Lista del Pueblo y sus integrantes, son menciones negativas. Esto se profundizó tras el escándalo electoral protagonizado por Ancalao, pues hubo 43 mil 700 conversaciones sobre este tema, y el 82,7% eran negativas. Incluso, se generó la etiqueta #ListaDelFraude con 22 mil 600 interacciones, de las cuales, el 94% de ellas eran negativas.
Además, la ciudadanía ha dejado de seguirlos en sus plataformas como Twitter, Facebook, Instagram y Tik Tok. Solo en Instagram, han perdido más de 3 mil seguidores durante el último mes.
A pesar de lo anterior, las polémicas relacionadas con la moribunda Lista del Pueblo no dejan de ocurrir. En un reportaje del diario La Tercera de este domingo, Rodrigo Rojas Vade ―exmiembro de la colectividad y vicepresidente de la Mesa Directiva de la CC― confesó que no tiene cáncer, señalando que “cometió un terrible error en mentir sobre su diagnóstico”.
Rojas Vade utilizó, para su candidatura a la Convención Constituyente, el relato que fue un manifestante activo de la revuelta del 18-O a pesar de ser diagnosticado con leucemia. En la investigación relatada en dicho reportaje, se analizaron distintos discursos sobre su supuesta enfermedad, la que tiene innumerables incoherencias. Asimismo, se indagó en las clínicas que dijo atenderse, pero no se encontró ningún registro de su atención. Por lo que, el ex Lista del Pueblo finalmente confesó que su cáncer es una farsa, y reconoce que traicionó al electorado que votó por él.
En definitiva, la Lista del Pueblo se constituyó como una colectividad horizontal de inspiración marxista para diferenciarse de los partidos políticos y sus vicios. No obstante, demostró la peor cara de la política. Censuras, mentiras y fraudes han sido la tónica de este colectivo que no pasó agosto, el último mes de invierno en el hemisferio sur.