Por José Ignacio Palma
Publicado en El Mercurio, 07 de agosto de 2022
La virtuosidad atribuida por el ministro Jackson a su generación es un episodio más dentro de la oda a la juventud muy característica del discurso del Frente Amplio. Se trata del mismo espíritu que inspira, por ejemplo, las propuestas de la Convención para reducir el requisito de edad para ser Presidente de la República de los 35 a los 30 años y la edad para votar de los 18 a los 16 años.
Espero que la falta de experiencia evidenciada por nuestro joven Presidente y sus ministros nos haga darnos cuenta de que los años no pasan en vano y que la juventud, aunque llena de atributos, no es garantía per se de cambios bien hechos.