El investigador de la Fundación Jaime Guzmán recomienda libro sobre la concentración urbana de grupos de alto capital humano y cómo se potencian.
Hay un tipo de desigualdad que es buena, dice el libro The rise of the Creative Class: And How It´s Transforming Work, Leisure, Community, and Everyday Life, en el sentido de que habría personas que viviendo juntas, intercatuando íntimamente -y dejándoles hacerlo-, pueden inclusocontribuir a la prosperidad de un país.
Publicado en el 2003, el título puede traducirse como “El surgimiento de la clase creativa: Y cómo está transformado el trabajo, el ocio, la comunidad y el diario vivir”, escrito por Richard Florida -un académico de la Universidad de Toronto y especialista en temas urbanos- y cuya lecturalectura recomienda Jaime Bellolio, investigador de la Fundación Jaime Guzmán.
“The rise of the creative class muestra cómo ‘las clases creativas’, formadas por aquellos que realizan trabajos con valor agregado e intensivos en capital humano, como ingenieros, artistas, diseñadores, etc., son quienes producen más desigualdad y, además, tienden a vivir juntos, potenciándose entre ellos, pero generando segregación. Es decir, hay desigualdad y segregación de las “buenas”, opina Bellolio.
Esta desigualdad, dice el libro viene dada por el talento natural de las personas y no es mala. “No se trata de gueto ni de grupos cerrados, sino que son personas que tienden a vivir juntos, pero que son accesibles y abiertos a todos, tolerantes y receptivos que no pretenden aislarse” dice Bellolio.
“Esto no es malo para la cuidad- agrega-, porque a los que nos interesa la libertad nos interesa potenciar la creatividad y la movilidad social. En lo que hay que tener cuidado es que está desigualdad no se produzca por la cuna, por un tipo de apellido o por falta de oportunidades”.
Un ejemplo clásico de esta desigualdad es Silicon Valley, en California, donde los cerebros de la innovación tecnológica tienden a vivir juntos, retroalimentándose y potenciando el área como un gran cluster.
En el libro se intenta establecer cuáles son las áreas urbanas en Estados Unidos con mayor creatividad, a través de un índice de ellas. Hacia 2003 estas eran Austin, Texas; San Francisco, California; Seattle, Washington, y Boston, Massachusetts. Actualmente, el primer lugar lo ostentaBoulder, Colorado.
Este índice se construye a partir de tres pilares: un índice de intensidad tecnológica, otro con el talento (capital humano) existente, y uno que mide el grado de tolerancia (sexuales, raciales, innovación, etc.).
Con la excepción quizás de las cuidades universitarias, “en Chile no hay un polo similar a los mencionados”, admite Bellolio, pero la lectura de The Rise… es útil para aquellos interesados en los cambios que experimenta la sociedad moderna, en la importancia del capital humano y en los que buscan que “el país se meta en este loop”, sostiene Bellolio.