Por Teresa Zañartu
Señor Director:
Hay una palabra que puede describir lo que hizo la izquierda hace algunos días, al torpedear la obligatoriedad del voto, quitándole la multa.
Podría ser «error», si los parlamentarios no hubieran tenido muchas posibilidades de enmendar el rumbo, incluso cuando su gobierno amenazó con vetar el proyecto.
Sería «irresponsabilidad» si solo hubieran debilitado los deberes cívicos de la ciudadanía incentivando su alienación de la política.
«Hipocresía» si solo hubieran olvidado que la obligatoriedad fue un consenso adoptado hace pocos años y que su sector defendió en el proceso constitucional pasado.
Pero no, es mucho más que eso. Es pensar solamente en el rédito electoral y debilitar la democracia cuando ya no les sirve. La palabra es «mezquindad».