Populismo y demagogia con el ahorro de los chilenos

SEÑOR DIRECTOR

Cinco senadores de oposición, al alero de NO+AFP, presentaron una reforma que crea un nuevo sistema de pensiones, administrado por el Estado. Más allá de sus vicios de forma, la iniciativa ha comenzado a discutirse y vuelve a poner en discusión no solo el modelo previsional que debe tener nuestro país, sino que también cuáles son las reales intenciones de quienes pretenden hacer dueño al Estado de los ahorros previsionales de más de 10 millones de chilenos.

Uno de los pocos consensos políticos en materia previsional es que las pensiones en Chile son bajas. Sin embargo, en ninguna parte del texto se aborda dicha materia. Es más, la propuesta, tal como está concebida, condena a los afiliados a pensiones aun más bajas. En primer lugar, se arrebata a los trabajadores de la propiedad sobre sus fondos, pasando ellos al Estado, estableciendo un sistema de reparto. Dicho sistema, además de ser inviable por la inversión de la pirámide demográfica, no considera que los chilenos hoy no cotizan lo suficiente, por lo que no habrá dinero suficiente para el pago de pensiones. Luego, se establece una rentabilidad garantizada del 2% nominal anual, la cual es inferior al IPC y al menos un 70% menor que la rentabilidad promedio del fondo C. Asimismo, valoriza las acciones a valor libro y no a valor comercial, entre otras cosas.

Más parece que este proyecto, a través de un subterfugio, busca apropiarse del ahorro previsional de más de 10 millones de chilenos, sin garantizar su devolución. La intención es iniciar un proceso de nacionalización del sistema previsional en su conjunto, un jugoso botín para autoridades que hacen del populismo y la demagogia una forma de hacer política. Las deficiencias que tiene nuestro sistema deben ser corregidas a la brevedad, pero con una mirada responsable y de largo plazo, que no hipoteque los ahorros de los trabajadores ni las finanzas del Estado de Chile. Para ello, se requiere comprender cuales son las principales causas de las bajas pensiones -tasa, densidad y expectativas de vida-, con la finalidad de atacar directamente el problema, y no atender “voladeros de luces”, que solo buscan otra finalidad.

Diego Vicuña, La Tercera, 30 de mayo de 2020