Desde que asumió el gobierno, en marzo del 2018, el Ministerio de Salud se abocó a la labor de aproximarse al número real de portadores de VIH en nuestro país. Profusas fueron las críticas que recibió el ministro Santelices por parte de la oposición por las tasas de aumento de la enfermedad. Expuso en ambas cámaras, en la Cámara de Diputados en más de una ocasión. Qué ocurrió: explicó, aclaró y se refirió al aumento de la enfermedad, exhibió un plan de trabajo que hoy se está ejecutando.
Al final, el tiempo le dio la razón. La oposición, que critica la labor del gobierno y del ministro, tendrían que hacerse cargo de lo que el propio gobierno de Bachelet no pudo hacer. Vale mencionar, que fue precisamente en el periodo anterior en donde se registró el mayor aumento, llegando a 5.816 contagios, y en donde el uso del condón disminuyó también notoriamente. Por lo demás, no hubo capacidad alguna de incorporar tests rápidos, condones femeninos, ni campañas de largo aliento en materia de prevención y diagnóstico precoz, a diferencia de lo que se está haciendo actualmente.
Se han generado una serie de críticas a la labor del Ministerio que no se condicen con la realidad, principalmente de la oposición, que apunta a un aspecto netamente político, pese a las cifras y datos concretos que se han expuesto, cuando la discusión debiese ser principalmente sanitaria y enfocada en la prevención.
El objetivo que ha primado en las exposiciones que ha realizado el ministro de Salud en ambas cámaras es reconocer los grupos de riesgo para así poder enfocar las estrategias de prevención y control de la epidemia. Es justo decirlo. Es la fría realidad; torcerla es mentirnos y aquello es vulnerar el valor que tiene la fe pública en la definición, planificación y ejecución de políticas públicas. No existe en lo anterior un mínimo atisbo de xenofobia, e incluso plantearlo es simplemente buscar un aprovechamiento de una realidad que requiere de la máxima preocupación de todos los sectores. Evidentemente que el aumento no se debe a un solo factor y afirmar eso sería hacer un análisis en extremo simplista. Sin embargo, es función del Ministerio, como lo ha hecho hasta ahora, utilizar todas las herramientas y estrategias necesarias para enfrentar el VIH.
La Sociedad Chilena de Infectología ha confirmado lo que ha señalado el Ministro; un ex Ministro de Salud como Pedro García también lo señaló, pero para algunos aquello da igual. Ahora bien, el objetivo que nos debiese convocar: la identificación de nuevos casos y convocar a todos los actores de la sociedad en esta labor que no busca estigmatizar a nadie, sino que sólo pretende poner freno al acelerado aumento de nuevos casos del virus, con un enfoque humano indispensable que disponga de cualquier tipo de aprovechamiento político.
Carlos Oyarzún, El Líbero, 22 de febrero de 2019