Por M. Teresa Urrutia
Publicado en Diario Financiero, 10 de marzo de 2022
Esta semana el Congreso Nacional despachó la reforma constitucional sobre renuncia y reemplazo de convencionales constituyentes. Si bien la norma aprobada, a diferencia del texto inicial, ya no contempla el reemplazo como lo exigía el Frente Amplio, cabe cuestionarse si su aprobación debe ser motivo de celebración.
¿Por qué el convencional Rodrigo Rojas Vade sigue en ejercicio? El artículo 60 de la Constitución contempla como causal de cesación el impedimento físico o psíquico grave incompatible con el ejercicio del cargo, causal que deliberadamente él ha obviado para mantenerse en el cargo.
Lo cierto es que el proyecto solo busca solucionar problemas que ya están resueltos. Las leyes son generales y abstractas y no deberían crearse para solucionar casos particulares, menos cuando el protagonista es famoso por su engaño electoral. Es valorable que el Congreso no haya privilegiado a un estafador aprobando la figura del reemplazo, pero la norma sigue siendo un chivo expiatorio para blanquear la grave falta de compromiso de la Convención con la transparencia que la ciudadanía exige a la clase política, pues Rojas Vade puede renunciar con o sin esta nueva ley.
Esto lo dijo incluso su abogado el jueves en La Segunda: “Va a renunciar igual, con o sin reemplazo”. ¿Entonces por qué no lo ha hecho? La norma existe, otra cosa es que a la izquierda no le guste.