Secreto Bancario I

Por Bernardita Valdés

Diario Financiero, 12 de julio 2024

 

Señor Director:

El secreto bancario no surgió para privilegiar a los que tienen “algo que esconder”, como se ha sugerido de manera sibilina, sino como resguardo de la privacidad. Es evidente que los derechos fundamentales pueden ser objeto de restricciones, pero sin afectar su núcleo esencial. Por lo que el problema no es si se puede o no levantar el secreto bancario o si hay algo que esconder, sino determinar sobre qué supuestos normativos se permite su alzamiento.

Algunos creemos que el resguardo de ese núcleo esencial está mejor amparado si su alzamiento depende de un juez, como sucede hoy. Otros confían que esta tarea sea entregada a una autoridad político administrativa, como propone el Gobierno. Entonces, antes de demonizar esta institución, debiera discutirse el nivel adecuado de protección que merece la vida privada. Es curioso que autoridades que promovieron con entusiasmo el reconocimiento constitucional de los datos personales, ahora pretendan diluir el secreto bancario, ejemplo por antonomasia de la protección de la privacidad.

Si se opta por abordar este tema con liviandad temeraria con el fin de anotarse puntos políticos en un año electoral, podría sentarse un pésimo y dañino precedente.