Después de un sinfín de críticas el Sistema Binominal éste ha logrado mantenerse en pie. Estabilidad, representación y el desincentivo a las ideologías extremas han sido algunas de las virtudes que el actual sistema de elección parlamentaria ha entregado a la política nacional. A pesar de lo anterior el Binominal aún tiene una deuda pendiente; la falta de competitividad entre y dentro de las coaliciones políticas han hecho de este sistema un mecanismo de elección poco atractivo para el electorado, trayendo esto como consecuencia una baja participación ciudadana y, por ende, un envejecimiento del padrón electoral chileno.
