Por Claudio Arqueros
Asumiendo la ofensiva simbólica del perro “matapacos” contra la autoridad y el respaldo que hoy se busca restituir a Carabineros, las palabras del Presidente Boric -cuando se refirió a este como “al perro aquel” y negó haber realizado cualquier acto de festín con su imagen- connotaron desarraigo de la épica octubrista para transformarla en tragedia, error, pasado negado.
Con todo, la posición del primer mandatario solo puede cobrar credibilidad si todo colaborador cercano y alto funcionario de los que consta que se rindieron ante la representación de odio a la autoridad policial realizan un mea culpa que constate un cambio de opinión al respecto.
Por el contrario, cualquier silencio o negación debería obligar al Presidente a prescindir de todos esos colaboradores con la misma convicción que representan sus palabras.
Una condición medular para afrontar la gravedad de nuestra crisis de seguridad pasa porque no quede nadie en el gobierno que contradiga el principio de autoridad que debe, con urgencia histórica, restituirse a Carabineros.